MANEJO DEL DOLOR
Los animales, al igual que los seres humanos, experimentan dolor. Reconocer si un animal tiene dolor y combatirlo ha sido siempre un tema de gran preocupación para los veterinarios.
Se admite que los animales presentan las mismas respuestas que los humanos ante el dolor, por tanto, en principio, lo que le produce dolor a una persona le va a producir dolor a un animal. Aún así, la evaluación del dolor es un proceso muy complicado en los animales ya que factores como la edad, sexo, estado de salud, y las diferencias entre especies y razas pueden modificar la tolerancia al dolor y la manera de expresarlo.
Los gatos responden más pasivamente al dolor que los perros. Se esconden, se muestran decaídos y adoptan posturas antiálgicas (en las que están cómodos porque que les alivian el dolor). Presentan el pelo sucio y erecto porque no se acicalan y, además, pueden dejar de emitir el característico ronroneo. Los perros también pueden adoptar posturas extrañas cuando sienten algún dolor, por ejemplo pueden estar cabizbajos si les duele el cuello.
Otros signos de dolor que pueden aparecer son la disminución en la ingestión de comida y agua, y respuestas reflejas muy diversas como salivación, taquicardia (el corazón late más deprisa), taquipnea (respiración acelerada), fiebre, incontinencia o retención de orina, diarrea o estreñimiento.
Diagnóstico
En general los perros y los gatos pueden presentar cambios de comportamiento frente al dolor de tal forma que animales dóciles se vuelven más agresivos o al contrario. En otros casos los animales vocalizan (hacen sonidos) cuando se palpa o toca la zona lesionada aunque a veces algunos animales muy nerviosos pueden vocalizar sólo para conseguir una mayor atención aunque no sientan dolor.
Los animales también pueden tener reacciones de huida o intentos de morder si sienten dolor o todo lo contrario, pueden evitar caminar o levantarse si algo les duele. A veces se puede observar como un animal se rasca, lame o sacude (por ejemplo una oreja) la zona afectada de forma persistente.
Tratamiento
Los medicamentos para el dolor se denominan analgésicos. Existen muchos tipos diferentes de analgésicos y cada uno tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Para elegir uno u otro el veterinario valorará también que algunos tipos de dolor responden mejor a determinadas medicinas que a otras.
Será importante, para ayudar al tratamiento médico con analgésicos, evitar situaciones de estrés y de incomodidad para que el animal disfrute de un entorno agradable. Un ambiente cálido y tranquilo, bajo una luz suave, resulta fundamental para mejorar su bienestar, igual que dirigirse a los animales de forma suave, acariciarlos y ser cariñosos.
En general también se sabe que es más difícil tratar el dolor una vez que se ha establecido por lo que en situaciones que se prevé que serán dolorosas, por ejemplo en una cirugía, será mejor tratarlo antes de que aparezca. El veterinario nos indicará que tipo de analgésico o de combinaciones analgésicas nos ayudarán a paliar el dolor que tiene nuestro perro o gato.
En cualquier caso las ventajas del uso de tratamientos analgésicos superan las desventajas. Gracias a que la ciencia avanza continuamente y al conocimiento desde hace tiempo de ciertos mecanismos del dolor en los animales los veterinarios disponen de tratamientos cada vez mejores para poder paliar el dolor y mejorar el bienestar de nuestros animales de compañía.